Los reactores de los aviones requieren muchas precauciones en su manipulación y transporte. Se trata de piezas de gran valor que incluyen a un mismo tiempo partes imponentes que hay que proteger y mecanismos de alta tecnología de un tamaño mínimo, pero más frágiles y muy expuestos durante el transporte. El retractilado es el método más utilizado a día de hoy, ya que ofrece todas las garantías para que las piezas lleguen a su destino en perfecto estado.
¿En qué consiste el retractilado de los reactores de los aviones?
Retractilar significa embalar un objeto con film retráctil para luego calentarlo con una pistola específica. Al contacto con el calor, el film se retrae y se ajusta a las formas del objeto que se quiere proteger para luego endurecerse. Así, forma una capa impermeable, como una funda, que garantiza que no pueda penetrar ningún contaminante.
El uso de film retráctil ayuda a proteger los componentes más delicados de los elementos que pueden dañarlos durante su transporte o almacenamiento, como la contaminación por el polvo y la suciedad, las inclemencias del tiempo, la humedad, el calor, el frío extremo, los rayos UV, los golpes, etc.
En el caso de piezas industriales de gran valor como los motores de aviones, los films incluyen inhibidores de UV reforzados, para que las piezas puedan resistir la exposición al sol y las elevadas temperaturas de algunos países.
Ventajas de los films retráctiles para la industria aeronáutica
El retractilado de los motores de los aviones, así como de los componentes aeronáuticos en general, permite transportarlos en cualquier medio (camión, avión o barco). Así, es posible retractilar una pieza de un solo bloque, pero también desplazar piezas sueltas. Estas dejan de estar protegidas fuera de su instalación original y son sensibles a las condiciones meteorológicas a las que normalmente no estarían expuestas durante un vuelo. Es lo que ocurre cuando hay que realizar el mantenimiento de piezas sueltas o cuando hay que reunir piezas de diversa procedencia para su ensamblaje definitivo.
En el transporte marítimo, el retractilado permite proteger totalmente las piezas de la humedad y el aire marino, que son particularmente corrosivos. Los films de retractilado diseñados para la aviación son de una solidez a toda prueba, además de ignífugos. Su grosor es del orden de 250 micras y superior.
Piezas aeronáuticas que se pueden retractilan
Piezas internas
Cuando se transporta el reactor de un avión en piezas sueltas, el retractilado hace posible proteger las piezas que normalmente están en el interior, como los componentes informáticos, la electrónica o los metales ferrosos. Por tanto, es necesario determinar los elementos que deben contar con una protección específica.
En el caso de productos particularmente sensibles a la humedad, por ejemplo, se pueden añadir bolsas desecantes para absorber la humedad. También es necesario proteger algunas partes metálicas sensibles a la corrosión utilizando inhibidores de corrosión volátiles.
Partes externas
En el caso de las partes externas del reactor, no se retractila directamente la carcasa, sino que se incluye un relleno entre el film y el reactor, para garantizar la máxima protección.
El relleno protege el motor del contacto directo con el plástico, que puede rozar las partes pintadas. Además, crea un escudo en aquellos casos en los que, durante el transporte, se pueda producir un choque que deforme la pieza o rasgue el plástico y dañe la carcasa.
Por otra parte, el relleno crea una barrera térmica frente a las temperaturas extremas. El film también puede ser transparente para poder ver el contenido.
Técnicas de instalación profesionales
Para retractilar piezas aeronáuticas de grandes dimensiones, es necesario utilizar máquinas profesionales de gran envergadura. Las empresas que trabajan en este ámbito ofrecen servicios completos, proporcionando los films de polipropileno específicos y encargándose también de su colocación.