La paletización permite transportar y almacenar numerosas mercancías o productos de cualquier tamaño y peso muy variable. La utilización de films termorretráctiles es muy común, ya que son fiables, fáciles de colocar y económicos. Además del film, solo se necesita un soplete de retractilado para embalar todas las mercancías que haya que procesar.
La paletización con films termorretráctiles
Un palé se compone de madera, plástico u otro material sintético, y soporta un peso que puede superar la tonelada. Los palés se manipulan con una transpaleta manual o eléctrica para almacenarlos o cargarlos en un camión u otro medio de transporte.
El film termorretráctil presenta ventajas considerables. Para empezar, protege las mercancías de los golpes. Los films, una vez que se han retraído al aplicar calor con la pistola, se endurecen para formar una carcasa rígida. Si la mercancía es especialmente frágil, presenta aristas salientes o riesgo de rayarse, basta con poner relleno en el paquete, antes de embalarlo con el film.
Un palé embalado con film forma un bloque compacto estable para su transporte. Además, es más fácil de manipular con la transpaleta, y se puede apilar o colocar sin riesgo de que se desarme.
Existen muchas clases de films termorretráctiles. Si se necesita, por ejemplo, proteger una mercancía de las miradas curiosas, se puede optar por un film opaco. Y para almacenar, aunque sea de forma provisional, mercancías sensibles a los rayos del sol, se puede utilizar un film específico que protege de los UV.
El film termorretráctil es además totalmente impermeable, para poder proteger las mercancías de la humedad y las inclemencias del tiempo.
Cómo embalar un palé con film termorretráctil
Es importante repartir bien la carga en el palé, para facilitar su transporte. Si la mercancía es frágil, se puede proteger con poliestireno o cualquier elemento de relleno. Muchas veces resulta acertado colocar protecciones en las esquinas, lo que facilita el trabajo posterior con la pistola de calor.
También puede ser necesario flejar la mercancía para mejorar la estabilidad del conjunto, lo cual es aconsejable, por ejemplo, cuando se trata de elementos muy pesados. Para ello, existe un accesorio en forma de fleje.
Se trata de una cinta metálica, plástica o textil (nailon, polipropileno o poliéster) que se emplea para consolidar el montaje. El fleje rodea la carga del palé y se cierra con clips o grapas metálicas. También se puede sellar mediante soldadura por fricción, termosoldadura o soldadura ultrasónica.
El film termorretráctil debe seleccionarse en función de la mercancía, especialmente teniendo en cuenta el peso, la opacidad que se requiere y la protección contra los UV. El film se extiende alrededor de la carga del palé para crear un bloque homogéneo.
A continuación, llega el momento de utilizar la pistola de calor. Existen varios modelos. Si se va a utilizar de forma muy puntual, se puede optar por un modelo pequeño con cartucho de gas. Se trata de una pistola ligera y manejable con una autonomía interesante.
En cambio, si hay que embalar muchos palés, es preferible optar por una pistola de calor conectada a una bombona de gas (transportada en un carro). Así se dispone de una autonomía mucho mayor. La pistola también viene conectada a veces a la bombona con una manguera flexible, de varios metros de largo, para garantizar la libertad de movimiento.
Al contacto con la llama del soplete de retractilado, el film se retrae y se endurece, formando una carcasa rígida y protectora. La operación es rápida y duradera. Así se puede mantener el palé almacenado tanto tiempo como se desee.