El film retráctil, muy popular para embalar mercancías para el transporte, es también un gran aliado en las obras de construcción. En este sector, se utiliza para embalar, pero además para delimitar zonas seguras y protegidas.
Almacenamiento de materiales en las obras
Las obras de construcción no siempre ofrecen los espacios protegidos necesarios para almacenar y proteger los equipos y materiales destinados a la construcción. El envoltorio retráctil ofrece una alternativa eficaz y económica.
Los materiales de construcción ( ladrillos, losas, tiras de parqué, etc.) pueden ser embalados en palés, para su transporte y almacenamiento en obra. La estanqueidad de la lámina, y posiblemente su tratamiento para resistir los rayos UV, ofrece una protección total contra los elementos si el almacenaje se realiza a la intemperie. La lámina también puede utilizarse para proteger los elementos más frágiles, como ventanas o equipos eléctricos.
Como la lámina es transparente, es fácil ver lo que hay dentro, por lo que no es necesario desembalar la mercancía. También es una forma de proteger los productos de los robos, ya que no se puede acceder a ellos directamente.
Creación de zonas sensibles
El film termorretráctil se utiliza para confinar determinadas zonas. Puede utilizarse para aislar zonas específicas y evitar el contacto con el exterior. En una obra de retirada de amianto, por ejemplo, sólo los trabajadores que lleven el equipo de protección adecuado pueden entrar en la zona infectada, mientras que los demás trabajadores y cualquier persona que viva o pase por el perímetro no corren ningún riesgo de verse expuestos a las emanaciones de amianto. La película también evita que el polvo producido en la obra ensucie todo el entorno.
Las tiras de película se colocan primero una al lado de la otra, con unos centímetros de solapamiento, antes de exponerlas al calor de la pistola de retractilado, que las suelda entre sí. Se proporcionan aberturas con cremallera para el acceso de los trabajadores autorizados.
Aislar edificios enteros
Dependiendo de la naturaleza del emplazamiento, sólo pueden confinarse determinadas zonas, pero también es posible cubrir todo el edificio, sea cual sea su tamaño. De este modo, el lugar queda completamente aislado del mundo exterior. Esto permite ocultar las obras en curso, que pueden desfigurar todo un barrio.
También impide que el público entre o incluso se acerque a la obra. Por un lado, esto evita accidentes, ya que una obra siempre es peligrosa, y por otro, reduce el riesgo de intrusión y robo.
Por último, se protege al vecindario de diversas emisiones (polvo, olores de pintura y otros productos químicos, etc.), mientras que el ruido de la obra queda atenuado por la barrera del film termorretráctil.
Cubrir edificios en construcción
Las lonas termorretráctiles pueden imprimirse para decorar una fachada, o incluso un edificio entero, mientras se realizan las obras. La soldadura con una pistola de gas retráctil se realiza después cuidadosamente para garantizar la calidad del visual.
Protección de andamios y otras zonas de trabajo
Los andamios pueden envolverse con film termorretráctil para constituir el equivalente de una barandilla. Las secciones de película se colocan y luego se calientan con una pistola eléctrica para soldarlas y formar una costura continua. Cuando se enfría, el film se endurece para formar una barrera. Esto proporciona protección contra las caídas, pero también protege a los trabajadores de los elementos. Así pueden trabajar más cómodamente, al amparo de la lluvia y del viento. También es una forma de protegerse del calor cuando una obra está directamente expuesta al sol en verano.
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